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Una mirada hacia las víctimas de violencia intrafamiliar

El apoyo jurídico y emocional es necesario para combatir las secuelas que deja la violencia intrafamiliar. Muchas personas lo rechazan y, en la mayoría de los casos, son mujeres con miedo a ser perseguidas por sus agresores, sin embargo, las entidades que le brindan orientación y seguridad a las víctimas siempre están velando por sus derechos. 
 
Por Daniela Brochet Castilla

“Ella aún no ha denunciado a la persona, pero nosotros sí por el deber ser de una institución (...) y dejan de hacerlo por miedo a que las maten”, cuenta Claudia Martínez, quien los últimos meses ayudó en el caso de una víctima  venezolana, violentada por su pareja sentimental. 

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Como ella, existen mujeres, hombres, niños y adultos mayores quienes están impedidos para hablar y denunciar la situación tan dolorosa que experimentan. En sus casas, viven una constante violencia física, psicológica y/o económica que siempre les trae repercusiones en su salud mental.

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Estar informado resulta lo más importante al ser o conocer víctimas de violencia intrafamiliar. En Colombia, hay líneas, campañas, fundaciones e instituciones que diariamente reciben los casos. Dependiendo de la entidad, pueden tener horarios de atención y formas de contacto diferente. 

 

Claudia cuenta que las líneas de ayuda y orientación están siempre abiertas y, si algún conocido o familiar está atento, puede notar fácilmente las señales para colaborar en el proceso, porque normalmente quien lo vive no denuncia tan fácil: “a veces los signos son completamente evidentes, aunque no se puede forzar nada”.

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Tan solo en 2019 hubo más de 50.000 casos registrados por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en los que las mujeres son las más afectadas por la violencia doméstica en el país. Las principales ciudades fueron Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.

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Por otro lado, en el primer trimestre de 2020, un informe de Medicina Legal indicó una disminución general respecto al mismo periodo en 2019, sin embargo, es preocupante el aumento de 0,4% en denuncias de violencia entre parejas. Principalmente porque fue antes de iniciar la cuarentena obligatoria por el Covid-19.

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En medio de los dos meses que llevamos de confinamiento, las cifras van en aumento. Las familias están vulnerables emocionalmente y el Gobierno colombiano teme que la violencia intrafamiliar tenga un crecimiento exponencial. Por esta razón, y para el bienestar propio, y de quienes nos rodean, es necesario conocer todas las opciones para atender y denunciar los casos. 

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“La violencia va escalando, va en incremento totalmente en las familias. Algo que puede arrancar con un insulto, un empujón, un golpe y puede llevar a situaciones muy graves, hasta la muerte”, señala Carmen Marciales, trabajadora social, sobre la importancia de recurrir a ayudas profesionales. 

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Las instituciones están para ayudar a las víctimas. En Colombia existen muchas maneras de recurrir a estos lugares los cuales seguirán casi siempre la misma ruta, empezando por la Policía Nacional, Comisarías de Familia, y Casas Refugio de la Secretaría Distrital de la mujer.

¿A dónde y a quiénes acudir?

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Carmen hace parte de las Duplas de atención psicosocial, una estrategia de atención hecha para las mujeres, la población más vulnerable en casos de violencia intrafamiliar. Este equipo está conformado por profesionales especializadas en atención y en la activación adecuada de las rutas a seguir, a nivel distrital. 

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Al ser parte de este grupo, ella resalta que todos debemos reconocer nuestra posición en una sociedad organizada de forma desigual, donde las mujeres tienen desventaja en desigualdad laboral y en violencia, llevándolas a ser el pico más alto de las estadísticas. 

 

Por su parte, los hombres prefieren quedarse callados, aunque sean violentados o abusados por familiares y parejas, por la misma razón de haberse criado en ambientes en que “los machos no lloran, ni se quejan, ni sufren”. Esto deja un panorama de denuncias mucho menor, pero más preocupante.

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Los profesionales concuerdan en que sólo las víctimas son capaces de romper el “ciclo de violencia". Claudia Martínez cuenta el caso de una madre, a quien llamaremos Sofía para proteger su identidad. 

 

El caso de Sofía lleva siendo tratado desde hace más de tres meses. Contó su historia a una persona cercana y esta última acudió de inmediato a la red interinstitucional de la que hace parte Claudia, de esta manera se inició el proceso. 

 

Una de las soluciones que brindaron fue movilizar a Sofía con su hijo menor de edad. A pesar de esto, el esposo ha podido rastrearlos, llenando de miedo no sólo a esta familia, sino también a todos los involucrados alrededor, porque también se pone en juego la integridad de los colaboradores. 

 

Las instituciones han puesto en marcha sus acciones para que el esposo de Sofía no vuelva a ser un problema para ella, principalmente porque, hasta donde saben, él es un delincuente, prófugo de la justicia, y temen que las intenciones vayan más allá del maltrato psicológico y económico que ya ha causado a su pareja.

Claudia Martínez
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Audio: cuenta la situación actual de la víctima.

En la mayoría de los casos, las víctimas prefieren quedarse calladas, tal y como lo expone Claudia. No solo por la dependencia económica o ilusión del amor que creen recibir por esa persona, sino también porque saben que, al entrar en un programa de protección, quedarán completamente aisladas.

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“La mayoría tiene miedo de que le quiten los niños. Si van con un bebé les da miedo”, dice Claudia. Estar sin poder salir, hacer llamadas libremente, sin contactarse con más personas, puede ser agobiante y a veces no saben qué decisión tomar, pero a largo plazo siempre resulta mejor el refugio. 

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Para Claudia, esta oportunidad de aislamiento es una pausa que las víctimas hacen en el camino. Es un espacio de reflexión en el que se descubren nuevas formas de empezar a disfrutar la vida con muchísima más paz interior. 

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El contacto sigue después del procedimiento inicial. Las fases restantes consisten en evaluar la evolución de la víctima mientras recibe la ayuda necesaria, todo depende de la institución. Los psicólogos siguen agendando citas, los trabajadores sociales continúan las visitas domiciliarias y los abogados siguen su asesoría para no perder el progreso.

El tratamiento más importante

Esperanza Durán es psicóloga y trabaja en la Clínica Colombia como jefe de soporte emocional. Ella dice que, en su experiencia, un 80% de los casos que reciben son de mujeres, destacando que en todos hay violencia psicológica, y empiezan desde la frase “me siento maltratada”.

 

Esperanza orienta sus estrategias de cuidado en una “terapia cognitivo-comportamental que ha mostrado mejores resultados para dar herramientas de control y manejo”. Además, considera que la psicología debería funcionar sin parar. Por eso, cada 8 días da citas a sus pacientes y lo mantiene por el tiempo que lo necesiten, sin sesiones limitadas. 

Esperanza Durán
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Audio: el problema de la psicología actual y el mejor método con los pacientes.

El apoyo jurídico es el asesoramiento en función a las autoridades y las soluciones legales que se pueden ofrecer, pero el apoyo psicológico ataca las secuelas emocionales que golpean directamente al autoestima y seguridad. Estos necesitan ser tratados para poder realizar un buen proceso jurídico. 

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“La víctima ususalmente busca la ayuda jurídica, pero no está en su radar que para enfrentar un proceso jurídico tiene que fortalecerse primero”, establece Carmen Marciales, respaldando la posición de Esperanza.

Apoyo a través de redes sociales

Hoy en día, los movimientos a través de las redes sociales se vuelven cada vez más importantes. El uso de los ‘hashtags’ o numerales en Instagram, Facebook y Twitter van más allá de frases esperanzadoras contra la violencia intrafamiliar, representan la unión de todas las comunidades para trabajar a favor de una misma causa.

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Durante la cuarentena por el Covid-19, la primera dama de Medellín, Diana Osorio aprovechó el poder de las redes sociales para liderar una iniciativa con la campaña #PazHaremosEnLaCasa. 

“En este momento, tenemos unas posibilidades infinitas de cuidarnos entre todos siendo parte de la esperanza. Es hora de cerrar las puertas de la casa y abrir las del corazón”, afirmó Diana, según el periódico El Tiempo”.

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Y así muchas más iniciativas dedicadas a formar olas de denuncia y conciencia. La ministra del interior, Alicia Arango invitó a los colombianos a denunciar casos de abuso y violencia a través de la campaña #JuntosPorEllas por redes sociales.

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En Colombia también se utilizan hashtags como #NoEsHoraDeCallar y #NiUnaMenos para incentivar las denuncias y el uso de las líneas de atención. 

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Cualquiera que sea la ruta escogida por las víctimas, siempre deberán recibir el mejor apoyo y las mejores soluciones para luchar en contra de sus agresores y hacer justicia, dándole prioridad al tratamiento emocional porque la salud mental es la más importante para mantener el bienestar de la sociedad y construir mejores bases para un mejor futuro.

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